11 enero 2013

Un kempis para una crisis

Primer libro del año, un kempis. No uno más (quienquiera tiene a mano las traducciones de fray Luís de Granada o del padre Nieremberg), sino una latina, la que yo quería: De Imitatione Christi Libri Quatuor in versiculos distributi (Barcinone, Cultura Religiosa, MCMXLV) [the latin library]. Ya lo he examinado, y me emociona el contacto con el ejemplar viejo, piadoso, y la belleza de ese latín repartido en versos, escrito como a propósito, igual que los profetas de Israel. El ejemplar que me ha llegado de librería anticuaria, perteneció a un benemérito canónigo de Madrid, fallecido a avanzada edad en 1997. El libro está muy cuidado, donde se descubren huellas de haber sido usado, leído, repasado. Por eso es un libro santo (¡la sacralidad de los libros!), y conserva indeleble la discreta firma ('Pbro.') de quien fue su primer poseedor.

La imitación de Cristo de fray Tomás de Kempen, que fue en sus días concebido como un "manual para monjes" (cfr. I, 18, De exemplis sanctorum patrum) es un libro para todos los tiempos. Es de los antiguos: con reminiscencias bíblicas y de los sabios paganos (Aristóteles, Séneca); y mira al futuro, porque es como un libro de autoayuda (el conde León Tolstoi recordaba que "el reino de Dios está en nosotros"). Quien mejor lo ha expresado es su antiguo traductor al romance castellano, fray Luís de Granada (1536): "Pues ten una cosa por averiguada, que si te llegaras a este libro con alguna atención y gana de aprovechar, hallarás remedio para tu necesidad. De manera, que muchas veces dirás: este capítulo que ahora abrí, al propósito de lo que yo había menester ha hablado." De este modo, también tiene algo que decirnos el docto fray Tomás para consuelo de nuestra pobreza [De conditione humanæ miseriæ, I, 22]: 

Dicunt multi imbecilles et infirmi:
ecce quam bonam vitam ille homo habet:
quam dives, quam magnus, quam potens et excelsus!
Sed attende ad cælestia bona;
et videbis quod omnia ista temporalia
nulla sunt, sed valde incerta et magis gravantia:
quia numquam sine sollicitudine et timore possidentur.
Non est hominis felicitas
habere temporalia ad abundantiam:
sed sufficit ei mediocritas.
Vere miseria est vivere super terram
.
.

1 comentario:

  1. Estimado amigo: veo en su blog la devoción por el Kempis. Yo siempre lo tengo a mano. Siento paz instantánea cuando lo abro y me pregunto por qué ya no está en todos los hogares, como estaba hasta no hace mucho. En una ocasión ofrecí a mi párroco hacer una edición a mi costa para repartir entre los feligreses, pero al hombre no le pareció bien: "cosas de otros tiempos" dijo. En efecto: cosas de los tiempos católicos, y de los sacerdotes católicos. La versión latina es sencillamente maravillosa. Yo no sé en qué radica la calidad especial que tiene ese latín. Quizás su claridad y fluidez pasmosas no sean más que lo que ha de salir de un alma sencilla y entregada a Dios.

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