28 noviembre 2010

Más barato que en el mato

Conste en acta que eso de más barato que en el mato no lo digo yo, sino que me lo decía esta mañana un librero veterano de la Feria de libro antiguo (un librero de lance, de esos que calculan el valor y precio a bulto y a ojo, al tacto y al peso). Hace unos días preguntaba nuestro amigo Isaac que si había algo interesante en la Feria. Y yo, que no me pierdo una, como el que cumple con una devoción, no hay año que no encuentre alguna cosilla, que me gusta airear en el blog. Bien sé que el de libro interesante es concepto flexible, elástico y muy relativo (lo que me interese a mí no tiene por qué interesarte a tí), y que el negocio del libro viejo anda de capa caída, y se vende mucho por internet, aunque el placer de revolver libros al aire libre sea insustituible. Pasaron, aunque nunca se sabe si volverán, aquellos años de miseria después de la guerra del 36, en que los gitanos ropavejeros de la Feria de "El Jueves" vendían en plena calle (el hecho es verídico) una Biblia Políglota Complutense, allí mismo donde el profesor Mata Carriazo hizo el hallazgo de una figurilla de bronce tartésica.

Con todo, esta mañana soleada de domingo, después del chaparrón de ayer, me he entretenido en comprar en la Feria el cuarto libro de este año, bueno, bonito y barato, por SEIS EUROS (en el catálogo de la editorial anda por los 25 euros, y en Iberlibro [ver] se cotiza a 30 euros y más). Aquí va la ficha:

[San] Josemaría Escrivá de Balaguer (1944), La abadesa de Las Huelgas. Estudio teológico jurídico. Madrid, Ediciones Rialp, 1988 (3ª ed.).

El Real Monasterio de Santa María de Las Huelgas (Burgos), fundado hacia el año 1187 [Las Huelgas] fue "la primera y única Congregación de monjas que hasta entonces se conoció en la Iglesia, en forma de República exenta y separada, sujeta a una Prelada, como a superior Cabeza". Quien lo haya visitado, en Burgos, recordará esos inefables vítores, que ahora nos hacen tanta gracia: ¡Viva la Madre Superiora!

El ejemplar está en muy buen estado, con esa pátina de polvo en los cantos que da solera a los libros. El nihil obstat de la primera edición (1944) es del censor Dr. José Mª Bueno Monreal, figura muy querida por los sevillanos, por haber sido nuestro penúltimo cardenal arzobispo (1957-1982). Entre las páginas del libro he encontrado un papel perdido (una esquela del año 1995, de un fallecido en San Fernando, que me hace sospechar de la procedencia del ejemplar, un remate de biblioteca gaditana).

La imagen de San Josemaría, que muestro aquí, la tomé el año pasado en el interior de la Chiesa di San Salvatore in Laureo de Roma, cuando deambulaba una tarde por la muy romanesca Via dei Coronari. Tomo el pretexto del libro para colgarla.

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