22 noviembre 2008

Mi balance provisional de la XXXI Feria de Libro Antiguo

Hace un año que yo rendía en este blog mi balance particular de la XXX Feria del Libro Antiguo de Sevilla. El tiempo pasa volando, y vencido nada más que el primer día de la Feria XXXI de este 2008, ya me encuentro en disposición de hacer un balance provisional de cómo me ha ido la caza y la pesca. Éste de rebuscar libros viejos es un arte que se presta al fanfarroneo y al exhibicionismo, para poner los dientes largos a coleccionistas con menos fortuna.

Yo, la verdad, me gasto muy poco en libros antiguos (técnicamente son aquellos con al menos cien años de antigüedad), pero me gusta revolver en los baratillos, y hacerme con buenos libros que ya no se encuentran de nuevo, a precio ventajoso, para luego presumir de la captura como un niño chico. Es una afición inofensiva, que va a menos con esto de las búsquedas de internet, que le han quitado todo el misterio, aunque ha ganado transparencia de precios y ofertas. Y sin más preámbulos, cuento aquí mis tres primeros trofeos:

Comellas. El historiador, catedrático y profesor emérito de la hispalense,
José Luís Comellas, es una referencia para los astrónomos aficionados por su Guía del firmamento. Es autor de un libro curioso, que intenta explicar uno de los grandes misterios del universo: El tiempo en Sevilla (1992). En el que he comprado en la feria (7 euros), El éxito del error. Los viajes de Colón [Barcelona, Editorial Ariel, 2005] es un relato enfocado desde el complejo arte de marear, como el del ilustre precedente de Julio Rey Pastor (1951), La ciencia y la técnica en el descubrimiento de América.

Balmes. La sorpresa de este año, a precio ventajoso (6 euros) es una edición muy aseada de la "obra máxima" de Jaime Balmes [1842], El protestantismo comparado con el catolicismo (Obras completas, IV). Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1967. Cuento como curiosidad que he comprado este ejemplar a un librero que si no me equivoco debuta este año en la plaza, el librero anticuario
Alistair Carlmichael, propietario de una imprenta tradicional (con tipos Ibarra), radicado en Lloreda de Cayón (Cantabria). No dejéis de visitar su página electrónica, que he enlazado.

Al-Mutamid. En la caseta de la Universidad he comprado a muy buen precio (3 euros), un librito bello, agotado, del rey poeta sevillano (siglo XI) Al-Mu'tamid Ibn'Abbad, Poesías [Antología bilingüe por María Jesús Rubiera Mata. Universidad de Qatar, Universidad de Sevilla, Instituto Hispano-Árabe de Cultura (Madrid), 1982]. Los versos de Al-Mutamid se encuentran también en la célebre antología de Poemas arábigoandaluces (1930) de Emilio García Gómez, que merece una reedición.

No me llevé de la feria una edición del ensayo de Julián Marías, San Anselmo y el insensato y otros estudios de filosofía. Sí, me parecía una insensatez pagar 7 euros por uno de esos ejemplares viejos y consumidos de la colección "El arquero" (1977). Espero no arrepentirme. Y hasta el año que viene, si Dios quiere.

16 noviembre 2008

Todos equivocados


La madre, en el desfile: "¡Hay que ver lo listo que es mi niño, que todos los soldados llevan el paso cambiado, menos él!". El consenso no siempre conduce al error, o a la falsedad.

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09 noviembre 2008

Das Kapital

Sorprenden las manifestaciones del arzobispo de Munich, mons. Reinhard Marx, presentando su libro El capital (un nuevo Capital, de un nuevo Marx), en que somete a crítica, desde la ética cristiana católica, los principios del "capitalismo salvaje". Tengo gran interés en hacerme con su libro. Sus ideas me recuerdan, porque lo tengo visto hace poco, las opiniones de Santo Tomás de Aquino sobre la especulación inmoderada:

Dice Santo Tomás en la Suma Teológica (2-2 q.77 a.4) que si los intercambios que se hacen por necesidad son dignos de alabanza, los intercambios mercantiles lo son de vituperio [iuste vituperatur], porque sirven al afán de enriquecimiento, que es incolmable [quia deservit cupiditati lucri, quae terminum nescit sed in infinitum tendit]. Por eso los negocios son deshonrosos [negotiatio, secundum se considerata, quandam turpitudinem habet], aunque son lícitos si con ellos se atienden fines necesarios u honestos, como el de ganarse el sustento, o el de ayudar a los pobres [sicut cum aliquis lucrum moderatum, quod negotiando quaerit, ordinat ad domus suae sustentationem, vel etiam ad subveniendum indigentibus].

Más en el
Parvulario Tomista.

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06 noviembre 2008

Derecho en el "parvulario tomista"

Doy aviso de que hemos comenzado a discutir sobre la ciencia del derecho en el Parvulario Tomista. Espero que a los de la profesión no les parezcan impertinentes nuestras ideas, y a todos los lectores que caigan por aquí, que al menos les inviten a pensar sobre la justicia, que nos duele a todos. Empezamos considerando la definición de derecho del jurisconsulto romano Celso: el derecho es el arte de lo bueno y de lo equitativo (ars boni et aequi).

02 noviembre 2008

San Óscar Arnulfo Romero, profeta y mártir

La canonización es tan sólo un acto de gobierno por el que la Iglesia Católica incluye a un siervo de Dios en el "catálogo de los Santos", y hace lícita su veneración en culto público. Así pues, nada impide al pueblo de Dios que venere como santos a otros cristianos excelsos que aún no hayan sido catalogados, y darles culto oficioso.

Entre aquellos cristianos excelentes aún "sin catalogar", reconozco tener especial devoción a San Óscar Arnulfo Romero, obispo, profeta y mártir. La Buena Nueva escrita por su estrecho colaborador, el jesuíta Jon Sobrino (Un obispo con su pueblo) es, después de los santos evangelios, uno de los textos cuya lectura más me ha conmovido como testimonio heróico de la fe de un profeta. Puedo entender las razones diplomáticas que impiden a la Iglesia Católica canonizar a San Óscar Romero, pero ¡qué pena que no lo haga! Máxime, cuando todos los que han paseado por Londres conocen que la Iglesia de Inglaterra, a su manera, ya lo representa en efigie en la Abadía de Westminster, dándole culto como uno de los mártires del siglo XX (
wikipedia).

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01 noviembre 2008

Réquiem de vivos y muertos

Canto de partida

Cuando todos los siglos vuelven,
anocheciendo, a su belleza,
sube al ámbito universal
la unidad honda de la tierra.

Entonces nuestra vida alcanza
la alta razón de su existencia:
todos somos hijos iguales
en la tierra, madre completa.

Le vemos la sien infinita,
le escuchamos la voz inmensa,
nos sentimos acumulados
por sus dos manos verdaderas.

Su mar total es nuestra sangre,
nuestra carne es toda su piedra,
respiramos con su aire uno,
su fuego único nos incendia.

Ella está con nosotros todos
y todos estamos con ella,
ella es bastante para darnos
a todos la sustancia eterna.

Y tocamos el cenit último
con la luz en nuestras cabezas,
y nos detenemos seguros
de estar en lo que no se deja.

Juan Ramón Jiménez, En el otro costado (1936-1942)

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